Obispos unen esfuerzos en favor de los desplazados en la frontera Colombia-Venezuela


Monseñor Mario Moronta, obispo de San Cristóbal durante su visita a Cúcuta donde fue recibido por el obispo diocesano, monseñor Víctor Manuel Ochoa Cadavid. Foto: Prensa Diócesis de San Cristóbal

 

Ramón Antonio Pérez/Aleteia Venezuela | Ago 18, 2017

La Iglesia católica que hace vida en la frontera entre Colombia y Venezuela, es el vivo ejemplo de la comunión y el compromiso de fe asumidos a plenitud por los seguidores de Jesucristo. La diócesis de Cúcuta dio un primer paso con el funcionamiento del Banco Diocesano de Alimentos y el Centro de Migraciones.
Allí, el mandamiento: “Amar al prójimo como a ti mismo”, cobra vida en el rostro de cada emigrante venezolano que llega buscando un poco de ayuda.
Monseñor Víctor Manuel Ochoa Cadavid inició este trabajo hace más de un año con el objetivo de apoyar a los desplazados fronterizos que huyen de la crisis venezolana. Junto a un equipo de colaboradores, generosamente les entregan alimentos, ropas y atención médica básica en siete casas de paso.
El miércoles 16 de agosto, monseñor Mario Moronta Rodríguez, obispo de San Cristóbal, estado Táchira (Venezuela), visitó a su par fronterizo. Juntos recorrieron una de estas casas: “Divina Providencia”, en el sector La Parada.
Durante la visita, Mario Moronta anunció que desde la iglesia andina se unirán a los esfuerzos de Cúcuta para ayudar a mitigar las necesidades de los venezolanos que van a Colombia buscando una mejor calidad de vida.
Ustedes están dando un promedio de cinco mil almuerzos y desayunos diarios. Ejemplo vivo de caridad”, dijo a su hermano en la fe.
Un grupo de voluntarios del Táchira se unirán en los próximos días a este apostolado que realiza la Iglesia colombiana en Cúcuta”, ofreció el obispo de San Cristóbal.
“Deben contar con nuestro apoyo y ayuda en lo que esté a nuestro alcance. Vamos a organizar turnos de voluntarios, sacerdotes, seminaristas, religiosas y laicos para ir al menos un día de la semana a acompañar y colaborar”, precisó.
Reconoció que “la semana pasada la Iglesia Cúcuta dirigida por su obispo Víctor Ochoa, dio de comer a más de 60.000 venezolanos que pasaron la frontera”, relató.

La gente confía más en la Iglesia

El prelado tachirense dijo que Venezuela siempre fue un país de paso para ciudadanos de muchas naciones. “Ahora la situación es compleja, un panorama que no se determina, con un gobierno que quiere imponer un proyecto que no es aceptado por todos”, señaló.
Sin embargo, acotó un detalle del que nunca se ha dudado: “En este momento la gente confía más en la Iglesia que en otras instituciones”.
La Diócesis de Cúcuta ha venido desarrollando hace más de un año, una serie de acciones para ayudar a la población migrante, empeñada en la distribución de alimentos, a través de las parroquias de la Iglesia diocesana.
“Hace dos meses se comenzó con la distribución organizada para atender la población más necesitada. Actualmente se distribuye a través de la casa de paso “Divina Providencia” y 9 “Ollas de Caridad” ubicadas en toda la ciudad”, dice el portal de la diócesis de Cúcuta.
La estrecha comunión y comunicación del pueblo colombo venezolano se expresa en la generosidad de dos pueblos hermanos”, sostienen desde la diócesis fronteriza que día tras día atiende a miles de venezolanos.


Publicar un comentario

0 Comentarios