Redes sociales, una esperanza para los enfermos en Venezuela




“URGENTE. Requiero Normix (Rifaximina) 200 mg y Trileptal (Oxcarbazepina) 300 mg. Si saben algo, déjenme saber por aquí. Gracias”, escribió monseñor Roberto Lückert León, el 6 de marzo pasado en su cuenta de Twitter,@MonsLuckert.

Pocos días después, el 9 de marzo, volvió a usar las redes sociales para anunciar que ya había conseguido las medicinas y expresar agradecimiento por la ayuda.

El obispo de 76 años había sufrido una descompensación a causa de la diabetes obligando su inmediata atención médica. Luego de varias horas de hospitalización y del alta de la clínica, se vio retratado en la realidad de Venezuela: no conseguía los medicamentos y los tuvo que buscar en Internet.




La actitud del arzobispo de Coro es la misma de todos los venezolanos: no se deja ganar por la desesperanza. Conscientes de la escasez de medicamentos, cuya dotación cada día se hace más crítica, los venezolanos utilizan las redes sociales como una posibilidad para encontrar los tratamientos para enfermedades como el cáncer, diabetes, leucemia y las gripes comunes, entre muchas otras.
Son miles de personas las que diariamente utilizan las etiquetas#ServicioPublico o #Urgente, esperanzadas de llevarles alivio a sus familiares, amigos o allegados, bien sea comprándolos o bajo la modalidad de donación o cambio, porque hasta el “trueque electrónico” se ha implementado en el país bolivariano.

La relación de los usuarios se establece mediante correos electrónicos, el teléfono celular o las redes sociales: Twitter, Facebook y WhatSapp, donde también han sido creados grupos y comunidades.

Los nombres de los solicitantes y la solución a sus problemas quedan en el anonimato o reservadas para los respectivos grupos. De allí la importancia de que Lückert haya colocado sus rostro de manera visible a esta crisis de salud. Además, otros hombres conocidos y vinculados a la Iglesia, también han hecho uso de estos espacios buscando mitigar tales enfermedades.

Tal es el caso del padre Argenis Delgado, párroco de Nuestra Señora de Chiquinquirá en la diócesis de Trujillo, quien sin complejo alguno, acudió a las redes sociales buscando sus medicamentos. 

Soy sacerdote de Trujillo y necesito para mi tratamiento oncológico el medicamento MABTHERA de 750mg”, escribió en Twitter. Delgado tiene 36 años de edad y 11 de ordenado.

Informó que desde hace un año lucha contra el cáncer, un Linfoma no Hodgkin que le ha permitido reflexionar y comprender que “a pesar de lo que vas a sufrir vas a valorar más lo que eres, lo que tienes”.

Con la etiqueta #AyudemosAlPadreArgenis, utiliza su cuenta en la red social buscando medicinas para el tratamiento contra el cáncer. No obstante, Delgado tiene más de un mes sin el tratamiento porque no consigue la principal medicina que requiere: MABTHERA de 750mg.

Me tocaba recibir tratamiento pero en febrero y en lo que va de marzo todavía no ha llegado. No es solo mi caso. Pega mucho la escasez de medicinas aquí en Valera. Últimamente es muy difícil. Hay colas interminables”, dijo el sacerdote.

Comunidades y grupos en las redes

Otras modalidades empleadas por los venezolanos son las comunidades y grupos que se abren en las redes sociales, aunque todavía no se conoce la cantidad de estos grupos virtuales dada la situación novedosa que ellos representan. 

No solo son colocados los nombres de los medicamentos, también lugares donde encontrarlos y denuncias asociadas a las faltas de insumos en los centros de atención médica.

Uno de los más activos es la  Fundación Farmacia Virtual, que a la fecha lleva 6.291 miembros y cuenta con seis administradores. Se define como una organización sin fines de lucro “dedicada a las donaciones de medicamentos, ayuda en materia de salud” “Anuncia o dona tu medicamento totalmente gratuito al servicio de la comunidad”, exhorta.




Para solicitar o donar un medicamento se debe colocar la ubicación nombre del medicamento y la composición. “Está prohibido el cambio de medicamentos por productos de la cesta básica, ni por artículos personales solo por otro medicamento”, reza una de sus definiciones.

Efri Efridania, es usuaria de Fundación Farmacia Virtual y considera que es “excelente ayuda en tiempo de crisis”. Igual concepto tiene Marilu Ramirez Sanchez, quien sostiene que “se realiza un buen trabajo”.

Quien más esperanzas demuestra es otra integrante del grupo: Daniela Aguirre. Todavía no ha podido conseguir un medicamento -Valpron en jarabe de 250 mg o Depakine-  para que su niño no convulsione, sin embargo, indicó al redactor que sigue esperanzada en hallar este medicamento.






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