Iglesia de Venezuela festejó Bicentenario del Natalicio de Don Bosco



El cardenal Urosa Savino, resaltó que Don Bosco es Embajador de Jesucristo porque “da testimonio del inmenso amor del Corazón de Jesús al acercarse a la juventud, a los pobres, con su palabra, con su bondad y su alegría, con su carisma de padre, maestro y amigo
Ramón Antonio Pérez / @GuardianCatolic
Caracas, 18 de agosto de 2015.- Las actividades por el Bicentenario del Nacimiento de Don Bosco no pasaron desapercibidas en Venezuela, al igual que en el resto del mundo, los festejos se convirtieron en un despliegue de alegría, creatividad y mucha fuerza por arte de la juventud. 

En Caracas, los actos centrales se realizaron en la parroquia “María Auxiliadora”, en Sarría, y en el templo nacional de Don Bosco, en Altamira; pero también han llegado reportes desde las diversas arquidiócesis y diócesis venezolanas donde la gran familia salesiana celebró el bicentenario de su “padre, maestro y amigo”.
Don Bosco, el Embajador de Cristo


La parroquia “María Auxiliadora” de Sarría, contó con la presencia del arzobispo de Caracas, Cardenal Jorge Urosa Savino, quien presidió la eucaristía en acción de gracias a Dios por el bicentenario del Nacimiento de San Juan Bosco. Estuvo acompañado de  un grupo de sacerdotes salesianos encabezados por el padre Orlando Gramcko, el padre Nelson Rodríguez, de la obra salesiana de Los Teques (estado Miranda), y el padre Dany De Franca de la Escuela Agronómica Salesiana (estado Barinas).
El arzobispo de Caracas consideró en la homilía titulada “Don Bosco, 200 años”, que el santo “sigue siendo, para tanta gente en el mundo entero, embajador de Nuestro Señor Jesucristo”. En efecto, acotó: “al igual que ayer, cuando vivía entre sus muchachos del oratorio y con los miembros de la incipiente congregación de San Francisco de Sales, él proclama en el mundo el luminoso mensaje de aquél a quien quiso dedicar su vida con una consagración religiosa, espiritual, para servirlo como su sacerdote en medio de los jóvenes y de los pobres”.

De igual manera consideró a Don Bosco como embajador de Cristo porque con una vida intensamente activa, llena de amor a Dios por sobre todas las cosas, y entregada al servicio de los jóvenes y de los pobres, “nos muestra el rostro de Jesús, vivo, cercano, amoroso,  el camino, la verdad y la vida”.
Es embajador de Cristo porque, con su testimonio y a través de sus hijos de la familia salesiana, anunció y sigue anunciando el Reino de Dios, que es “el reino de la verdad y de la vida, de la santidad y de la gracia, de la justicia, del amor y de la paz”.
Es embajador de Cristo porque da testimonio del inmenso amor del Corazón de Jesús al acercarse a la juventud, a los pobres, con su palabra, con su bondad y su alegría, con su carisma de padre, maestro y amigo.
El Gran Día de Don Bosco en Sarría


Los festejos se habían adelantado desde el jueves 13 de agosto en Sarría con un triduo; misa a las seis de la tarde, y la presentación de obras teatrales y conciertos musicales, además de la admisión de algunos novicios a la congregación salesiana.
“En la Iglesia María Auxiliadora de Sarría los diferentes grupos apostólicos de la parroquia ofrecieron un concierto al apóstol de los jóvenes. Posteriormente, el viernes 14 correspondió a las zonas pastorales de la parroquia hacer sus respectivas presentaciones artístico-musicales”, reportó Myriam Altuve.

El sábado 15, la Asociación de María Auxiliadora de Sarría animó la Eucaristía en la Solemnidad de la Ascensión de la Santísima Virgen. Posteriormente, en el teatro del colegio se presentó la obra musical “Don Bosco, el santo de la alegría”, bajo la dirección del padre Orlando Gramcko y la actuación de miembros de la parroquia, dijo.


Así se llegó al Gran Día, domingo 16 de agosto”, explica Altuve. “Un cielo azul y radiante presagió una hermosa jornada”. De esta manera, entró en escena la Fundación Escuela Banda Show Francisco de Miranda, bajo la dirección del profesor Manuel Rosas, con una impecable actuación.

La banda llenó de color y sonido las calles abriendo paso a un rio de niños, jóvenes y adultos, quienes portando pancartas, y cantando gritando consignas, celebraron con alegría al santo de los jóvenes”, dijo la entusiasta devota de María Auxiliadora y de Don Bosco en Sarría.

En la puerta del templo esperaba la imagen de Don Bosco, luego de rezar un Ave María y cantar el cumpleaños feliz, los animadores del Oratorio Miguel Magone la trasladaron hasta patio techado de primaria lugar donde se celebraría la Solemne Eucaristía.

La presencia del Padre Rino Bergamin Basso, vestido como Don Bosco y rodeado por los muchachos de la “Casa Don Bosco Sarria” hizo que los presentes regalaran un estruendoso aplauso, cuya emoción hizo saltar lágrimas en los ojos de muchos.

En la Adma Sarría, terminada la Santa Misa, correspondió la presentación de un emsamble musical de la Orquesta Sinfónica del Maestro Abreu. El fin de fiesta correspondió al Gran Circo de Caracas, quienes con sus malabaristas y equilibristas hicieron las delicias de todos los presentes.

Fiesta de la Alegría en el Templo Nacional

Las Hermanas Salesianas en la Plaza Francia de Alatamira: Claudia Martínez, Rosita Ibarra Blanco y Sara Molina conformando el Número Doscientos significativo del Natalicio de Don Bosco.


En la misma fecha y desde muy temprano los jóvenes de varios oratorios que hacen vida en el templo nacional Don Bosco de Altamira, se reunieron en la Plaza Francia de esta comunidad para la realización del ‪#‎BoscoFest200. 

Luego se cumplió una gran caminata festiva hasta el templo, y allí, participaron de dos eucaristías, la segunda presidida por el padre Inspector de los Salesianos en Venezuela, presbítero Francisco Méndez, y concelebrada con el padre Aníbal Bello, delegado nacional de la familia salesiana.


Jhon Isaac Requena, en su perfil de Facebook, reporta lo que llamaron La Fiesta de la AlegríaDesde las 8 de la mañana se inició la jornada que largamente estuvo marcada en nuestros calendarios salesianos, todo comenzó en Plaza Francia donde se dieron cita los muchachos y niños del OVA 2015 para animar entre juegos la actividad que los llevaría a formar un gigantesco 200 humano para luego subir formando un tren de sueños de cartón hasta el Templo Nacional San Juan Bosco”, indica.


En el Templo Nacional, la misa de las 10 y 30 de la mañana fue celebrada por el padre Emilio José Mata  (en la foto) cuya homilía, a decir de Jhon Requena, estuvo “cargada de emoción que congregó a papás, niños, jóvenes y animadores”. 

La Banda “Francisco de Miranda” les dio la bienvenida al salir a un patio lleno de colchones inflables para el sano esparcimiento; pero “al mismo tiempo en los pasillos del colegio abrían sus puertas la Expoferia Parroquial con los grupos apostólicos que hacen vida en ella”.

A las 12 del mediodía, con el repique de campanas, el padre Francisco Méndez, Inspector de los Salesianos en Venezuela, entró al Templo para presidir la Misa organizada por la Familia Salesiana”, escribió Jhon. 

La tarde transcurrió entre risas y juegos en el patio, para finalizar en la noche con una misa juvenil presidida por el párroco José Luis Lofrano Maturi quien invitó a los jóvenes a aceptar el llamado de dar respuestas.

Luego el dulce sabor de la vainilla, el chocolate y demás postres”, siendo este el momento “de cantar el Cumpleaños Feliz a Don Bosco, deseando que la alegría nos acompañe por siempre”, acotó finalmente Jhon Requena.



En el estado Falcón, específicamente el grupo de salesianos del Ministerio de Artes Cristo Rey de Judibana, también reportaron y compartieron en estas festividades. Igual ocurrió en la Arquidiócesis de Valencia.


A continuación la Homilía del Cardenal Jorge Urosa Savino, con motivo del Bicentenario del Natalicio de Don Bosco:

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DON BOSCO, 200 AÑOS

Homilía en la Eucaristía de acción de gracias por el bicentenario del nacimiento  de  San Juan Bosco a Venezuela, Iglesia de María Auxiliadora, Sarría, 16 de agosto de 2015 
+Cardenal Jorge Urosa Savino, Arzobispo de Caracas

Hoy domingo, con  inmensa alegría, fruto de nuestra fe en Cristo, celebramos la Eucaristía para festejar la resurrección gloriosa de Nuestro Señor Jesucristo, En ella damos  gracias a Dios por los maravillosos dones que El derrama abundantemente sobre nosotros. Pero en esta ocasión, de manera particular damos gracias a Dios por la vida, el    testimonio y el  legado de San Juan Bosco al cumplirse los 200 años de su nacimiento

Su misión ayer y hoy

El Evangelio de la Misa de hoy continúa exponiendo el maravilloso misterio de la Eucaristía: Cristo se presenta a nosotros como el “pan vivo bajado del cielo”; El “da su carne para la vida del mundo”, de manera que el que come su carne y bebe su sangre tenga vida eterna.  Este anuncio lo hizo realidad luego  el Señor en la Ultima Cena, y confirió potestad sagrada a sus apóstoles para que lo realizaran a través  de la historia, hasta el fin del mundo.

Pues bien, Dios quiso llamar al  joven Juan Bosco a ser ministro de  la Eucaristía, a ser, como dice San Pablo de sí mismo, “embajador de Cristo” (2 Co 5,20). Esa hermosa misión la cumplió San Juan Bosco al consagrar su vida como sacerdote al servicio de Dios y de la Iglesia. Y sigue siendo, para tanta gente en el mundo entero, embajador de Nuestro Señor Jesucristo. En efecto: al igual que ayer, cuando vivía entre sus muchachos del oratorio y con los miembros de la incipiente congregación de San Francisco de Sales, él proclama en el mundo el luminoso   mensaje de aquél a quien  quiso dedicar su vida con una consagración religiosa, espiritual, para servirlo como su sacerdote en medio de los jóvenes y de los pobres, el mensaje de Nuestro Señor Jesucristo.

Don Bosco es embajador de Cristo porque con una vida intensamente activa, llena de amor a Dios por sobre todas las cosas, y entregada al servicio de los jóvenes y de los pobres,  nos muestra el rostro de Jesús, vivo, cercano, amoroso,  “el camino, la verdad y la vida”. Es embajador de Cristo porque, con su testimonio y a través de sus hijos de la familia salesiana, anunció y sigue anunciando el Reino de Dios, que es “el reino de la verdad y de la vida, de la santidad y de la gracia, de la justicia, del amor y de la paz”. Es embajador de Cristo porque da testimonio del inmenso amor del Corazón de Jesús al acercarse a la juventud, a los pobres, con su palabra, con su bondad y su alegría, con su carisma de padre, maestro y amigo.

Ejemplo de santidad

Don Bosco nos ha enseñado, cómo es, cómo debe ser el niño, el joven el cristiano, y especialmente  el religioso y  el sacerdote: un auténtico hombre de Dios, identificado profundamente con Jesucristo y animado por un intenso amor filial a María Santísima, Auxilio de los cristianos. Nos ha mostrado la importancia absoluta y primordial de Dios y de las “cosas de Dios” Por eso  el fue  un  fiel mensajero del evangelio, un incansable pastor siempre  en busca de las ovejas y al servicio de éstas. El nos ha enseñado que nada es importante sino el anuncio de Cristo para que las almas  vayan a El. El nos ha manifestado la grandeza de la caridad pastoral como instrumento de renovación no sólo de la Iglesia sino del mundo. Y ha puesto de relieve para todos los católicos del mundo y de  Venezuela, y en especial para los jóvenes, la importancia y la grandeza del sacerdocio católico. ¡Gracias Señor!;  ¡Gracias  Don Bosco! ¡Y Gracias a los salesianos! por habernos permitido ver en concreto la imagen del buen sacerdote, del santo sacerdote que requiere nuestra Venezuela de hoy.

Por nuestra parte, nos corresponde a nosotros, los cristianos de hoy, especialmente los sacerdotes y consagrados al Señor, asumir el compromiso que brota del encuentro con un santo, con un embajador de Jesucristo: renovar nuestra fe  en Jesús, el Divino Salvador, renovar nuestro amor a El, que se debe expresar de manera concreta en la fidelidad a su Palabra, en una vida santa, en la entrega por los demás, en una adhesión cada vez más conciente a su pueblo santo, a su cuerpo místico, que es la Santa Iglesia católica.

¡Qué ejemplo tan grande de ardor apostólico, de iniciativas evangelizadoras y pastorales!, ofrece Don Bosco  a los sacerdotes,  y laicos comprometidos. En esa línea se expresaba recientemente el Rector Mayor de los Salesianos, Don Angel Fernández, quien decía: el Bicentenario del nacimiento de Don Bosco  “será una oportunidad para una verdadera renovación espiritual y pastoral en nuestra Familia, una ocasión para hacer más vivo el carisma y hacer tan actual a Don Bosco como siempre lo fue para los jóvenes. Creemos que será una oportunidad para vivir con renovada convicción y fuerza la Misión encomendada, siempre por el bien de los niños y niñas, adolescentes y jóvenes de todo el mundo, en especial quienes más nos necesitan, los más pobres y frágiles“.

 Seguir a Jesucristo

Los invito de todo corazón, mis queridos hermanos, a interiorizar estos sentimientos durante esta sagrada celebración, que debe ser, para cada uno de nosotros, un momento de encuentro personal privilegiado con nuestro Divino Maestro, Jesús, el Señor. Los invito a que,  como Don Bosco, vivamos en profunda unión con Cristo y con la Santísima Virgen María, y a seguirlo muy de cerca en nuestra vida concreta: en el hogar, en el trabajo, en la familia,  o en el ministerio sacerdotal, y  en la vida consagrada. Cada uno de nosotros está llamado a acoger la invitación que nos hace Don Bosco, embajador de Jesucristo al igual que San Pablo, a seguir al Señor, que es la fuente de la vida, de la paz y de la felicidad.

El nos alienta a renovar nuestro compromiso cristiano. Y a los ministros consagrados y a los religiosos, nos alienta a reavivar el ardor apostólico, la proactividad pastoral que nos debe animar en esta Venezuela, en esta Caracas tan necesitada de la luz de Cristo, de la Palabra de Vida de nuestro divino Salvador.

El Bicentenario

Si, queridos hermanos: este bicentenario debe ser una ocasión para que los consagrados al Señor en el sacerdocio o en la vida religiosa,  queramos seguir el ejemplo de ese gran santo, ese hombre de Dios intenso y ejemplar, que fue Don Bosco. Los fundadores, los grandes santos son, precisamente, personas de una intensa y muy fuerte experiencia religiosa, de un vivo y cálido amor a Dios, de una fe firme y fuerte. Ojalá que nosotros podamos imitar a ese gran santo en nuestra vida diaria, especialmente en la vivencia de nuestra vocación  de servicio como sacerdotes o consagrados.

Que Don Bosco, que vivió plenamente unido a los fieles, a sus hermanos en el presbiterio, a los Obispos y al  Papa de Roma, sea nuestro guía y modelo en la vivencia de nuestra entrega y consagración a Dios y a nuestro pueblo de la Iglesia en Venezuela. 

Y yo quiero aprovechar esta ocasión para manifestar mi inmensa gratitud a Dios y a los queridos  salesianos, por la bellísima labor que realizan en nuestra querida Caracas: a través de sus cuatro parroquias, sus Colegios, la Escuela Técnica, la Tipografía, y la Casa Don Bosco, donde reciben con tanto cariño y responsabilidad a muchos niños y jóvenes que necesitan al afecto, el apoyo y el consejo de buenos maestros.

Conclusión

Bendigamos al Señor por el testimonio de los santos que, como Don Bosco, nos enseñan el camino de Jesús, que es el camino  de la vida y de la felicidad, de la paz y de la salvación. Y encomendemos nuestra Iglesia en Venezuela y en Caracas a María Auxiliadora, madre de Dios y madre nuestra, para que como ella, vivamos siempre la dicha de escuchar y cumplir la Palabra de Dios. Amén.




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