PUBLICADO en @AleteiaES: Papa Francisco pide a los cardenales servir con caridad y huir de privilegios



“El cardenalato ciertamente es una dignidad, pero no una distinción honorífica”, dijo Papa Francisco en la creación de 20 nuevos cardenales

Fotos capturas del Centro Televisivo Vaticano

El que está llamado al servicio de gobierno en la Iglesia debe tener un fuerte sentido de la justicia, de modo que no acepte ninguna injusticia, ni siquiera la que podría ser beneficiosa para él o para la Iglesia. Al mismo tiempo, «goza con la verdad»: ¡Qué hermosa es esta expresión!

El Pontífice pidió a los nuevos cardenales de ser: “incardinados y dóciles” al Espíritu Santo, “para que la caridad pueda dar forma y sentido a todo lo que somos y hacemos” indicó en su homilía al presidir en la Basílica Vaticana el Consistorio Ordinario Publico para la creación de 20 nuevos cardenales este sábado 14 de febrero para la imposición del birrete, la entrega del anillo y la asignación del título o diaconía.

Antes del rito del juramento, el Papa propuso el «himno a la caridad», de la primera carta de san Pablo a los Corintios (1 Cor 12,31 – 13,13), como pauta para esta celebración y para el futuro ministerio de los prelados que entran a formar parte del Colegio Cardenalicio.


En un discurso excelso llamó a los nuevos cardenales al servicio y a huir de los privilegios. “En la Iglesia, toda presidencia proviene de la caridad, se desarrolla en la caridad y tiene como fin la caridad”.

El Pontífice ha creado cardenales, pastores venidos desde las periferias del mundo, como por ejemplo Mozambique, Isla de Tonga, Etiopía, Archipiélago de Capo Verde.  Entre los nuevos cardenales, cinco superan los 80 años y no son electores. La mayoría pertenecen a lugares que históricamente no han tenido un cardenal con frecuencia, como la arquidiócesis de Morelia en México.

Caridad es “magnánima” y “benevolente”

En primer lugar, señaló a los cardenales “cuanto más crece la responsabilidad en el servicio de la Iglesia” es necesario buscar la magnanimidad. Esto indicó “es saber amar sin límites, pero al mismo tiempo con fidelidad a las situaciones particulares y con gestos concretos. Amar lo que es grande, sin descuidar lo que es pequeño; amar las cosas pequeñas en el horizonte de las grandes”.

“Saber amar con gestos de bondad. La benevolencia es la intención firme y constante de querer el bien, siempre y para todos, incluso para los que no nos aman” añadió.

Caridad «no tiene envidia; no presume; no se engríe»

Los cardenales no están inmunes al pecado y por ello invitó a poner en el centro del corazón a Cristo. Precisamente, el Papa citando las palabras del apóstol dice que la caridad «no tiene envidia; no presume; no se engríe». “Esto es realmente un milagro” porque “todos, y en todas las etapas de la vida– tendemos a la envidia y al orgullo a causa de nuestra naturaleza herida por el pecado”.

Caridad «no es mal educada ni egoísta»

“Estos dos rasgos revelan que quien vive en la caridad está descentrado de sí mismo. El que está autocentrado carece de respeto, y muchas veces ni siquiera lo advierte, porque el «respeto» es la capacidad de tener en cuenta al otro, su dignidad, su condición, sus necesidades. El que está autocentrado busca inevitablemente su propio interés, y cree que esto es normal, casi un deber. Este «interés» puede estar cubierto de nobles apariencias, pero en el fondo se trata siempre de «interés personal». En cambio, la caridad te descentra y te pone en el verdadero centro, que es sólo Cristo. Entonces sí, serás una persona respetuosa y preocupada por el bien de los demás”.

Caridad «no se irrita; no lleva cuentas del mal

El Papa pide a los cardenales de no caer en la tentación de enojarse. “También de esto es la caridad, y sólo ella, la que nos libra. Nos libra del peligro de reaccionar impulsivamente, de decir y hacer cosas que no están bien; y sobre todo nos libra del peligro mortal de la ira acumulada, «alimentada» dentro de ti, que te hace llevar cuentas del mal recibido. No. Esto no es aceptable en un hombre de Iglesia. Aunque es posible entender un enfado momentáneo que pasa rápido, no así el rencor. Que Dios nos proteja y libre de ello”.

Caridad «no se alegra de la injusticia, sino que goza con la verdad»

“El que está llamado al servicio de gobierno en la Iglesia – sostuvo - debe tener un fuerte sentido de la justicia, de modo que no acepte ninguna injusticia, ni siquiera la que podría ser beneficiosa para él o para la Iglesia. Al mismo tiempo, «goza con la verdad»: ¡Qué hermosa es esta expresión! El hombre de Dios es aquel que está fascinado por la verdad y la encuentra plenamente en la Palabra y en la Carne de Jesucristo. Él es la fuente inagotable de nuestra alegría. Que el Pueblo de Dios vea siempre en nosotros la firme denuncia de la injusticia y el servicio alegre de la verdad”.

Caridad «disculpa sin límites, cree sin límites, espera sin límites, aguanta sin límites»

Aquí – mostró - hay, en cuatro palabras, todo un programa de vida espiritual y pastoral. “El amor de Cristo, derramado en nuestros corazones por el Espíritu Santo, nos permite vivir así, ser así: personas capaces de perdonar siempre; de dar siempre confianza, porque estamos llenos de fe en Dios; capaces de infundir siempre esperanza, porque estamos llenos de esperanza en Dios; personas que saben soportar con paciencia toda situación y a todo hermano y hermana, en unión con Jesús, que llevó con amor el peso de todos nuestros pecados.

Sucesivamente, los nuevos cardenales pronunciaron el juramento de devoción y servicio a la Iglesia.


Al final del rito, el Papa ha realizado el Consistorio Ordinario Publico para la Canonización de tres beatas: Giovanna Emilia de Villeneuve, María di Gesù Crocifisso Baouardy y María Alfonsina Danil Ghattas.


Iniciando el Consistorio, el prefecto del Supremo Tribunal de la Asignatura Apostólica, Dominique Mamberti, primero entre los nuevos cardenales, ha dirigido palabras de gratitud, en nombre de todos los nuevos- purpurados.


Benedicto XVI recibe saludos del Papa Francisco

NOTA de REDACCIÓN: La creación de estos nuevos cardenales contó con la asistencia del Papa Emérito Benedicto XVI, a quien antes de la ceremonia, se le acercó el Papa Francisco para compartir un saludo y algunas palabras.

El Santo Padre también fue saludado en su discurso por el cardenal Dominique Mamberti, Prefecto del Tribunal Supremo de la Signatura Apostólica, el primero entre los nuevos cardenales, que dirigió a Francisco, en nombre de todos los nuevos purpurados unas palabras de agradecimiento.

Se conoció que en la ceremonia no pudo participar el cardenal José de Jesús Pimiento Rodríguez que, a causa de su avanzada edad, no pudo desplazarse a Roma y recibirá la birreta en Colombia.




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