Nuncio Apostólico Visitó a Guarenas Durante Festejos a la Virgen de Copacabana


El Nuncio Apostólico Monseñor Aldo Giordano (centro), acompañado de Monseñor Raúl Biord Castillo (Izquierda) y Monseñor Gustavo Garcia Naranjo (derecha), ademas de parte del Clero de la Diócesis de Guarenas, durante su visita a esta ciudad con motivo de la Fiesta de Nuestra Señora de Copacabana. FOTO:RAP
Durante visita a la Diócesis de Guarenas, Monseñor Aldo Giordano confió a la Patrona la protección de las familias y rezó por el trabajo que realiza la Iglesia. Pidió además, por la paz y unidad de los venezolanos, indicando que “la Iglesia no dará por cerrado el dialogo en este bello país

Ramón Antonio Pérez
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Guarenas, 22 de noviembre de 2014.- “Queridos amigos y amigas, estoy aquí para comunicarles a todos ustedes el agradecimiento, la cercanía y la bendición de nuestro querido Papa Francisco, a quien represento desde hace nueve meses en este hermoso país”. Con estas palabras el Nuncio Apostólico de Su Santidad en Venezuela, Monseñor Aldo Giordano, saludó a la feligresía católica que el 21 de noviembre se dio cita en la Catedral de Guarenas con motivo de la fiesta en honor a Nuestra Señora de Copacabana, patrona de esta ciudad ubicada en el estado Miranda.


El Nuncio estuvo acompañado durante la celebración por el Obispo de la Diócesis de La Guaira, Monseñor Raúl Biord Castillo (SDB). Previamente, ellos habían sido recibidos por el Obispo de la Diócesis de Guarenas, Excelentísimo Monseñor Gustavo García Naranjo, y el párroco de esta comunidad, Monseñor Benito Alberto Perdomo.

La ceremonia contó con la masiva asistencia del clero diocesano, destacando entre otros, los padres Miguel Marín, José Antonio Barrera, Gonzalo Morales Hernández, Carlos Frías, Roso Rafael López, Teodoro Ubaldo Sosa y Beltrán Sánchez. Igualmente asistieron los diáconos permanentes y seminaristas de Guarenas y La Guaira, quienes compartieron sus experiencias con el embajador del Vaticano en Venezuela.

“Soy guarenero como ustedes”

La Catedral de Guarenas lucía exquisitamente adornada con arreglos florales en todos sus espacios para la complacencia visual de los fieles, especialmente en el área del Altar. Inmensas cortinas de tonos pasteles se anteponían al techo del Santuario al cual recubrían casi en su totalidad, una suave brisa las movía semejando olas en pleno vaivén. La novedad: modernas luminarias que permitían ver cada rincón de este espacio ofrecido a la Madre de Dios bajo la advocación de la Virgen de Copacabana.

La nave central y los laterales estaban a reventar cuando el Nuncio Aldo Giordano, en compañía de Monseñor García Naranjo, ingresó al recinto religioso antes de la santa eucaristía para ser presentado a la comunidad de esta región mirandina. Un sonoro aplauso y expresiones de bienvenida por parte de la feligresía no se hicieron esperar. Una gran sonrisa se reflejaba en el rostro del Padre Perdomo.

El Ilustre Visitante tomó la palabra y agradeció el recibimiento. Acto seguido conoció y  disfrutó de varias muestras culturales del estado Miranda, entre otras “La Burriquita de Guarenas” y “La Viejita de Guarenas”, que en pleno centro del templo danzaron para beneplácito del Embajador del Papa y de quienes allí estaban.

En demostración de cordialidad y sintonía con los “nuevos tiempos” y las “expresiones propias de la nueva evangelización”, ambos se colocaron unos sombreros que identifican a estas expresiones culturales. Ataviados con la indumentaria posaban ante los flashes de fotógrafos aficionados y profesionales. Monseñor Giordano dijo sentirse “guarenero como cada uno de Ustedes”. No era para menos su alegría.

Durante la homilía recordó el intenso trabajo que realiza la todavía joven Iglesia Particular que Monseñor García Naranjo dirige en la zona. Igualmente recordó algunas de las actuaciones propias en el ámbito de la vida nacional, en favor del reencuentro y la paz entre los venezolanos, “diálogo que la Iglesia no dará por cerrado”, según dijo.

Monseñor Giordano, retomó lo que ha hecho en otras vistas pastorales, encuentros con movimientos laicales y con los Obispos de Venezuela: explicó el contenido de su emblema personal. “Mi escudo en El Vaticano que marca mi apostolado dice: el resucitado te precede en Galilea”. Y creo firmemente que es así. Aquí en este país me he sentido querido y me atrevo a decir que nombraría mi escudo como El Resucitado me precede en Venezuela”, expresó, arrancando aplausos de la feligresía.

Nuncio Recibió el Escudo de Armas

Durante los festejos religiosos en honor de Nuestra Señora de Copacabana, estuvieron presentes el alcalde del municipio Plaza, abogado Rodolfo Sanz, y la profesora Thais Oquendo, mandataria del municipio Zamora, ambos dirigentes políticos estuvieron acompañados con algunos de sus funcionarios y militantes partidistas.

Otro tanto se hizo por parte de la Gobernación del estado Miranda, y aunque en esta ocasión el gran ausente fue el Gobernador Henrique Capriles Radonski, en su nombre, el director de la Casa del Pueblo en Plaza, Jhonser Castillo, presentó sus saludos al Nuncio Apostólico en nombre del mandatario de la entidad regional.

Casi al terminar la misa, Pedro Gutiérrez, en nombre de la Cámara Municipal de Plaza, hizo lectura del Decreto 121-2014, mediante el cual se le confirió a Monseñor Aldo Giordano, el Escudo de Armas de la “Orden Ambrosio Plaza” de Guarenas, y a su vez, se le nombraba Hijo Ilustre de la ciudad.

La entrega de la máxima distinción la realizó la concejala Zulmy Orozco en compañía de sus colegas, José Losantos Sandoval, David Viana y otros ediles, comitiva a la que se sumaron los alcaldes Sanz y Oquendo. Todo esto entre el Trono y el Altar.


Como nota final se ha de indicar que la comunidad guarenera se sintió agradecida por la presencia del Nuncio, con lo despidió con inmensas muestras de cariño. Ahora queda la tarea del fortalecimiento de la fe queda en el compromiso de los pastores de la zona. “Las oraciones se seguirán elevando a la poderosa intersección de la Virgen de Copacabana que desde tiempos inmemoriales, recibe y escucha a la gente que busca el consuelo”, como dijo Monseñor Giordano. 



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