Diócesis de Guarenas festejó sus catorce años como si fuera la primera comunidad cristiana


El Cardenal Urosa y Monbseñor Gustavo García Naranjo saludan a la feligresía presente en el auditorio del Club Aguasal en Higuerote durante el Encuentro Diocesano con motivo de los catorce años de la Diócesis de Guarenas.
El Cardenal Urosa dejó un grato mensaje, compartió con la feligresía y bendijo las nuevas instalaciones del Club Aguasal. Durante la jornada los feligreses de Guarenas, Guatire y Barlovento, a decir del libro Los Hechos de los Apóstoles, compartieron los cuatro aspectos básicos de la Primera Comunidad Cristiana: a) acudieron a las enseñanzas de los apóstoles; b) participaron de la comunión; c) de la fracción del pan; y d) las oraciones, con mucha alegría y entusiasmo.

Ramón Antonio Pérez

Higuerote 29 de noviembre de 2010.- Feligreses de las distintas parroquias de la Diócesis de Guarenas, se congregaron este 27 de noviembre en el auditorio del Club Aguasal, de Higuerote, para festejar los catorce años de esta Iglesia particular, en una celebración eucarística presidida por el Cardenal Jorge Urosa Savino, acompañado de Monseñor Gustavo García Naranjo y todos los párrocos y diáconos de la zona. Durante la homilía el Cardenal Urosa hizo un recuento de la Diócesis, erigida como tal en 1996, por el Papa Juan Pablo II; y en todo momento manifestó su apoyo a Monseñor García Naranjo a quien dijo conocer hace “más de cuarenta años”.

Jesucristo es el Camino de la paz


El Cardenal Urosa explicó qué era una diócesis y habló de la necesidad de ser voceros y multiplicadores de la paz en Venezuela. “La diócesis es una porción del Pueblo de Dios, y corresponde al Obispo la responsabilidad de llevar adelante el plan de Dios”, dijo. En tal sentido precisó que para la Diócesis el camino que está trazado es el de Jesucristo. “Con Jesucristo no se va por el camino de la violencia, ni de la perdición; porque la violencia en sus distintas formas, no es el camino que Dios quiere para Venezuela. Nuestro Señor quiere que haya paz, cordialidad, progreso, respeto y mucho amor”.
Destacó que en ese camino de Dios transita Monseñor Gustavo García Naranjo desde 1996, cuando se le asignó la responsabilidad de esta diócesis. “¡Cuántos sufrimientos no se le hubieran ahorrado al país, si todos sus ciudadanos y dirigentes transitaran el camino de Jesucristo, como el que transita la Diócesis de Guarenas!”, expresó.
Con motivo de las inundaciones que afectan a sectores de Barlovento y de otras partes de Venezuela, el Cardenal Urosa planteó la necesidad de socorrer a las victimas. “La Iglesia es solidaria con las personas que han sido afectados por esta tragedia. Se brinda apoyo a través de Cáritas a los afectados de cada región del país”, dijo.
Otro aspecto de su mensaje tuvo que ver con el llamado a la vocación sacerdotal y religiosa. “Ser sacerdote o ser religioso de vida consagrada es una buena opción para los más jóvenes; y los católicos comprometidos, debemos entusiasmarlos para que entreguen plenamente sus vidas a la causa del Evangelio de Jesucristo”, acotó.

Instancia de Comunión

Padre Octavio Rodriguez
En otro omento del Encuentro Diocesano en el Club Aguasal de Higuerote, la enseñanza del día, estuvo a cargo del padre Octavio Rodríguez. Su predicación no dejaba desperdicios en torno a la participación y comunión de la feligresía. Con base al Documento del Concilio Plenario de Venezuela, centró el contenido de la temática Discipulado Misionero de los Laicos, en este caso, aplicada a la Diócesis de Guarenas.
Con énfasis recalcó que dos instancias de comunión “son la familia y la parroquia”. Indicó que “el pueblo de Dios debe impregnarse de una espiritualidad de misión y comunión”. Así también esperando feedback de la audiencia, preguntó a todos: “¿quiénes tienen espiritualidad?”. Su respuesta fue: “Todos los que nos dejamos mover por el espíritu Santo”. Agregó que “la espiritualidad es lo que debe mover a las Parroquias, la Catequesis y la vida de cada persona que se hace llamar Cristiano”.
Destacó la importancia de vivir unidos y hacer usos de los medios que Dios ha dispuesto para vivir en comunidad. “En primer lugar hay que fomentar la lectura y estudio de la Palabra de Dios; ella es alimento para nuestro intelecto y para tener autoridad en los planteamientos”, dijo. Luego indicó que se “debe cumplir con otro medio que es la Eucaristía, la cual hace presente el Misterio Pascual”. En tercer lugar dijo que se debe “construir la Iglesia y la Vida Comunitaria, para quela gente siente y experimente lo que se vive dentro de la Iglesia junto a los hermanos”.
El Padre Octavio Rodríguez, expresó la necesidad de fomentar y vivir la espiritualidad de comunión. “Estamos en el deber de manifestar visiblemente que el Espíritu Santo es comunión y está presente en la Iglesia”.

Reconocimientos

Monseñor Gustavo García Naranjo, luego de agradecer la presencia del Cardenal Urosa, procedió a entregarle una placa, en nombre de la colectividad católica, siendo vitoreado con un fuerte aplauso de parte de la feligresía. Además, entregó reconocimientos a algunos medios de comunicación de Barlovento, “por su colaboración a la Iglesia”. Igualmente lo hizo con los directivos del Club Aguasal, Enrico Zaroni y Vilma Materano, que en esta fecha inician festejos de su semana aniversaria. El Cardenal Bendijo las nuevas instalaciones.

Danny Rodríguez animando y cantando durante el Encuentro Diocesano.


Desde muy temprano los concurrentes fueron llegando en representación de las parroquias y movimientos de apostolado, para cumplir con una jornada que rebozaba pura alegría. A un lado de la tarima se encontraban los integrantes de la agrupación JEMUS (Jesús es Música), que guiados por la dinámica voz del joven Danny Rodríguez, oraban y cantaban de gozo.

El Padre Rafel Chávez interpretando sus canciones en el Encuentro Diocesano.
Finalmente, el Encuentro Diocesano fue clausurado con un concierto – adoración al Santísimo Sacramento de parte del Padre Rafael Chávez. Con sus cantos deleitó a una feligresía que no se cansó de corear la consigna desplegada en el centro del escenario: “Que todos seamos una sola familia, para la Gloria de Dios”.




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